sábado, 12 de septiembre de 2009

La Iliada y Odisea de Antonio López

La Ilíada de Antonio López

Sucede que allá por el puente de mayo, como era de menester, los dioses del Olimpo preparaban una gran cena en honor a sí mismos. Todos los dioses se reunieron ese puente a excepción de Eris, quién por siempre meter cizaña en este tipo de reuniones ese año no había sido invitada. La fiesta se desarrollaba con tranquilidad, todos comían y bebían con gusto, cantaban, reían, se divertían sin más preocupaciones, sin embargo Eris, ofendida por no haber sido invitada urdió en su palacio de la discordia un plan para acabar con la algarabía y felicidad que inundaba el ambiente, entonces tuvo a bien comprar un bote de laca y lanzarlo a la mesa de honor con una inscripción en la que ponía para la más hermosa, viendo tal percal, Afrodita, Atenea y Hera , las tres supremas de Móstoles se lanzaron a por el susodicho bote surgiendo de esta manera la disputa entre las tres diosas, Zeus, temiendo por su integridad decidió no tomar directamente cartas en el asunto con lo cual mandó llamar a un habitante de Troya al cual en su barrio le conocían como el Ñapas, era famoso por arreglar coches en tiempos record, de tres a ocho meses, nadie había tardado tanto, y por gustarle con delirio los Hiundai Matrix. Tras su advenimiento en el Olimpo se presentó ante las tres diosas las cuales le ofrecieron grandes presentes como por ejemplo Hera que le prometió sexo, o Atenea que le bendeciría con un millón de Euros sin embargo el regalo que más ilusionó al Ñapas fue el de Afrodita quien ni corta ni perezosa le prometió que tendría un Hiundai Matrix si era ella la elegida y lo fue provocando la ira de las otras dos diosas.

Al cavo de un tiempo, siete días, el día de San Isidro, El rey Emiliano de Esparta llevó su Hiundai Matrix al taller del Ñapas en busca de un arreglo para su coche, al verlo, el Ñapas reconoció la mano de Afrodita con lo cual, con la promesa de devolverlo rápido lo introdujo tras los muros de Troya y dijo que se lo quedaba para él, porque se lo había dado Afrodita, Emiliano, ni corto ni perezoso se dirigió en busca de todos los héroes griegos quienes al principio renegaron de ir pero poco a poco se hicieron a la idea de que debían cumplir la promesa que años antes le habían hecho a Emiliano, rescatar al Hiundai Matrix si algún día era raptado por los enemigos de Grecia y así se dirigieron al taller del Ñapas, Troya, donde tras sus altos muros ocultaba el Hiundai. Durante tres meses lucharon penosamente sin descanso las tropas griegas contra las troyanas hasta que un día, el joven héroe Miguel propuso tintar los cristales de un coche y retirarse de los muros de Troya dejando allí el coche para que los troyanos lo encontrasen sin percatarse de que dentro estaban escondidos los griegos. Y así fue los troyanos, incautos, retiraron el coche y lo pusieron a salvo dentro de su ciudad, al anochecer, los griegos salieron y saldaron sus cuentas con el Ñapas llevándose el Hiundai de Troya.

La Odisea de Antonio López.

Los hechos a relatar trascurren justo después del rescate del Hiundai Matrix, cuando los héroes griegos retornaban a sus casas con sus esposas y familias después de las penosas batallas a las que se habían sometido delante de los altos muros de la rica y grasienta Troya.

Los héroes hicieron ofrendas a los dioses para que les dejaran volver a sus patrias en paz tras haber cumplido su promesa, todos excepto Miguel, quien, vanagloriándose del éxito de su estratagema rechazó hacer ningún sacrificio en honor de los dioses, estos furiosos, le castigaron; primero su hiundai matrix se rompió sendas veces, una de las veces, apunto de arribar Ítaca se quedó calado, descubrió que los dioses habían hecho que las tuercas de su motor se aflojasen por lo cual tuvo que desviarse a la isla de los Lotófagos para que repararan su coche, estos dijeron que no podían ya que esa misma semana se iban de vacaciones no obstante podían dejarle otro barco algo más rudimentario, a regañadientes aceptó y se encaminó hacia las costas de su hogar nuevamente sin embargo Poseidón, el dios de la DGT, usando su poder sobre las señales le hizo alcanzar las costas de la isla de los cíclopes donde engañando a Polifemo consiguió salir con vida por los pelos, más tarde, la malvada Circe, le haría perder diez minutos de su tiempo tras preguntarle una dirección para después remitirle al adivino Tiresias quien era un viejito observando una obra, de esta forma conoció el rumbo a Ítaca, sin embargo le advirtió que debía pasar entre los estrechos de Escila y Caribdis, sorteó la casa de su suegra con valentía, casi siendo destruido por esta, no obstante consiguió salir al paso, tras este transcurso llegó a ver las sirenas de la policía siguiéndole, le hicieron parar en el arcén, él creía que ya había llegado su final cuando sólo le pusieron una multa de setenta euros por llevar un faro de atrás roto, ya cerca de llegar a Ítaca fue sorprendido por la bruja Calipso quien no contenta por ser más fea que el retrato cubista de Carmen de Mairena además le pidió peaje y no le dejó marchar hasta pagados los diez euros y así tras sus penurias consiguió por fin llegar a Ítaca donde con regocijo de todas sus aventuras y desventuras descansaría al final en sus largas y merecidas vacaciones de verano.